martes, 21 de julio de 2009

Opiniones encontradas sobre la reconstrucción del Templo de Luren

El Señor de Luren de Ica, todo un personaje en nuestra ciudad desde tiempos inmemoriales, ha merecido numerosos titulares a lo largo de su historia. Desde el sismo que azotó nuestra ciudad la mayor parte de los titulares está referido a los desacuerdos entre la población, las autoridades (municipales y eclesiales) y las organizaciones civiles.

Para muestra, van algunos artículos y posts en foros y diarios:
http://shaelkonef.blogspot.com/2007/08/templo-del-seor-de-luren.html
http://www.terra.com.pe/turismo/articulo/html/tur9045.htm
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=800240
http://limavirreynal.blogspot.com/2008/08/sobre-el-templo-de-luren.html
http://www.elcomercio.com.pe/ediciononline/html/2008-07-19/demoleran-templo-luren-y-construiran-otro.html

Todos y cada uno de nosotros, devotos del Señor de Luren o no, católicos o no, creyentes o no, iqueños o no, tenemos una opinión y una postura respecto a este tema. Frente a toda esta avalancha de información -y desinformación de vez en cuando- a la que nos tienen acostumbrados los medios, pienso que lo mejor es, más allá de nuestras preferencias, lograr consenso.

Llevamos casi dos años de avances y retrocesos en el tema y esto, teniendo en cuenta que no es la primera vez que el templo requiere su reconstrucción y que el aspecto tecnológico no es una barrera, deja mucho que desear de nosotros como generación, de nuestra falta de iniciativa (no me refiero a la iniciativa para la crítica, que de esa creo que ya tenemos bastante, sino para la acción) y de nuestra poca capacidad de concertación.



Los dejo con un artículo escrito por Néstor Salcedo*, amigo y colega que, más allá de dar una opinón sobre la propuesta existente para la zona monumental de Luren desde su formación de arquitecto, habla de la posición en la que es tan fácil caer en nuestra profesión.
Gracias Néstor.

EL DISEÑO "ILUMINADO"

Hasta cuándo los arquitectos dejarán de hacerse a los iluminados, hasta cuando considerarán que solo su criterio es el que cuenta, porque tienen el arte en las venas, o porque han tenido éxito de las pocas cosas que han construido, hasta cuando?

Muchas veces en ciudades latinoamericanas como las nuestras de pronto esperamos que de nuestras aulas salgan “iluminados” que cambiarán la manera de construir en un mundo tan complejo como el nuestro, donde el criterio de unos cuantos son retransmitidos a otros cuantos y siempre lo mismo, siempre el yo soy el profesor y mi criterio cuenta sobre tu persona, puesto que tu criterio posteriormente contará sobre la del resto y esto por el eterno círculo vicioso de la supuesta “experiencia”.

Vayamos a lo concreto, con los años esa figura se ha venido enterrando, quedando en círculos de poder cerrados, o medio cerrados, que van desde lo privado hasta algunas veces lo público. Es muy probable que en lo privado todo este permitido dentro de la preferencias de los que tienen el control, puesto que es el dinero de estas personas las que esta en juego, sus inversiones, y al mismo tiempo su beneficio. Experimentar es válido, y hasta cierto punto es plausible, porque regeneraría o marcaría hitos para que la gente siga creyendo en la vanguardia, como el buen arte. Pero justamente esas pequeñas intervenciones de cirugía en la ciudad, son como ponerle lunares a una modelo, pueden quedar bien o no, y la inversión privada será capaz de decidir si ese lunar que pondrá traerá más beneficio que derroche.

Pero en la inversión pública y sobre todo para una ciudad, lo anterior no lo es todo. Sabiendo que una construcción pública la usarán muchas personas, que comparten una tradición, donde las economías de mercado se entrelazan y congregan, donde las normas son de todos, pero a la vez de nadie (entiéndase esto porque uno solo no tiene su propia ley), donde la tecnología es para todos y el respeto por el contexto medio ambiental en todos sus aspectos igual. Entonces, se habla de una construcción no solo pensada para quienes la utilizarán, sino incorporando variables del comportamiento de las personas.

He ahí donde la metodología de un buen marketero entra en marcha, conocer el comportamiento de su consumidor, luego lo demás se recanaliza por efectos del interés privado. Pero entendamos, conocer lo que desea el consumidor mayoritariamente y como es él en gran medida ayuda a tener una idea más clara de lo que se debe hacer, a parte de conocer los reglamentos, el presupuesto a emplear para la edificación de la idea y la variedad tecnológica para construcciones actuales.

Recordando aún, si deseamos un proyecto sostenible, sociedad, economía y ambiente deben ir íntimamente ligados. Por lo tanto, un proyecto público no solo debe ser en gran medida parte del espíritu del arquitecto sino también de la población. Y ese es el gran dilema, el Perú parece ser el país de los extremos, sino es capricho del ego artístico del arquitecto, es capricho del ego económico de un alcalde que tiene presupuesto para hacer lo que quiere, y ¿Alguien se tomó la molestia de entender a los que habitan y transitan día a día por los espacios públicos de la ciudad y que en muchas oportunidades han realizado eventos de trascendencia tradicional? O ¿Cómo es que una construcción que anteriormente estuvo ahí, marco una funcionalidad profunda en cada una de las personas que la utilizan? ¿Qué tipo de rastros dejó? ¿Qué tan importantes son en el colectivo social? En vez de tomarlos como preguntas de base para cualquier concurso de diseño, ¿de pronto se esfuman ante la mente “iluminada” de un diseñador “osado”?, esperemos que no.

* Néstor Ulaf Salcedo Zuta, BSc. Arq.. MNA (c) CLEA Perú
proyecto_ulaf@hotmail.com

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